
El León Generoso



Érase una vez en la selva, un león llamado Leo, que era el rey de los animales. Leo era muy poderoso y todos los demás animales le temían.
Sin embargo, Leo era conocido por su generosidad y bondad. Compartía su comida con los animales que no tenían suficiente y protegía a los más débiles de los peligros de la selva.
Un día, un pequeño ratón llamado Rico se acercó a Leo con miedo. Rico temblaba y dijo: "Por favor, Sr. Leo, soy solo un ratoncito y tengo hambre. ¿Podría ayudarme?".
Leo miró al pequeño ratón y sonrió. Compartió su comida con Rico y dijo: "No te preocupes, amigo mío. Todos merecen ser tratados con bondad y respeto, independientemente de su tamaño".
Rico estaba muy agradecido por la generosidad de Leo y prometió ayudarlo si necesitaba algo en el futuro.
Algún tiempo después, una trampa fue colocada por los cazadores en la selva. Leo, sin saberlo, cayó en la trampa y quedó atrapado.
Rugía de dolor y llamaba por ayuda. El sonido de su rugido llegó a los oídos de Rico, quien corrió hacia el león.
Con sus pequeños dientes, Rico roía las cuerdas de la trampa y liberó a Leo.
Leo miró al ratón y dijo: "Rico, ¡has salvado mi vida! Aprendí que no debemos juzgar a los demás por su tamaño, sino por el tamaño de su corazón y su valentía".
Desde ese día, Leo y Rico se convirtieron en grandes amigos. Caminaban juntos por la selva, ayudando a los demás animales y enseñando la importancia de la generosidad y la amistad.