Había una vez una ciudad donde vivían animales de todos los colores y tamaños. Entre ellos, había un conejito llamado Bolita, un pajarito llamado Pluma y un pececito llamado Nemo. Cada uno de ellos tenía un color diferente: Bolita era blanco, Pluma era azul y Nemo era naranja.

A pesar de ser tan diferentes, siempre se encontraban en el parque y jugaban juntos. A Bolita le gustaba saltar en el césped, Pluma volaba por los cielos y Nemo nadaba alegremente en el lago. Se divertían mucho y sus risas resonaban por toda la ciudad.

Un día, un grupo de animales de la ciudad comenzó a hacer bromas y a burlarse de los tres amigos por sus colores. Decían cosas crueles y los dejaban tristes. Bolita, Pluma y Nemo no entendían por qué su color era tan importante para los otros animales.

Decididos a hacer una diferencia, los tres amigos decidieron unirse y mostrar que la amistad es mucho más importante que el color. Tuvieron una idea brillante: invitaron a todos los animales de la ciudad a una gran fiesta en el parque.

El día de la fiesta, los animales llegaron con curiosidad y un poco de temor. Pero, cuando vieron a Bolita, Pluma y Nemo juntos, jugando y divirtiéndose, se dieron cuenta de que el color no importaba. Lo que realmente importaba era la alegría y el amor compartidos entre ellos.

Poco a poco, los animales se acercaron y se mezclaron, riendo y jugando juntos. Se dieron cuenta de que la amistad era mucho más hermosa cuando no había barreras ni prejuicios.

Desde aquel día, la ciudad se convirtió en un lugar donde animales de todos los colores jugaban y se divertían juntos. Bolita, Pluma y Nemo enseñaron a todos la importancia de la amistad y la aceptación.